Impulsar la industria del concreto y el cemento con energías renovables: un camino hacia una transición justa para el sector de la construcción
A medida que el mundo continúa lidiando con la necesidad urgente de descarbonizar sus economías, una industria de uso intensivo de energía está emergiendo silenciosamente como un área vital de interés en la transición hacia un futuro bajo en carbono: la producción de cemento. Dado que se prevé que la demanda mundial de cemento seguirá creciendo en las próximas décadas, la industria tiene el potencial de hacer una contribución significativa para lograr una “transición justa”, un término utilizado para describir el cambio justo y equitativo hacia una economía baja en carbono que prioriza las necesidades de los trabajadores y las comunidades. En este exhaustivo artículo exploramos el potencial de las energías renovables para impulsar la producción de cemento y los beneficios que esta transición puede aportar a los trabajadores, las comunidades y el planeta.
La industria del cemento es un pilar fundamental de la economía mundial, ya que fomenta el desarrollo de infraestructuras y la construcción en todo el mundo. Es la base sobre la que se construye el mundo moderno, proporcionando los materiales para todo, desde altísimos rascacielos hasta barrios suburbanos en expansión.
La necesidad de calor continuo a alta temperatura para producir cemento requiere enormes cantidades de energía, gran parte de la cual sigue dependiendo de los combustibles fósiles. Todo ello, combinado con las emisiones liberadas por las reacciones químicas inherentes a la fabricación de cemento, significa que este material es uno de los sectores industriales con mayores emisiones del mundo, responsable de alrededor del 8 % de las emisiones mundiales de CO₂.
A medida que las ciudades se expanden, se construye nueva infraestructura para dar cabida a la creciente población mundial. Sin embargo, en vista de que la industria del cemento es responsable de una parte tan significativa de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, surge la pregunta: ¿Cómo podemos seguir construyendo las ciudades del futuro sin sacrificar el planeta?
La presión sobre la industria cementera para que se descarbonice ha aumentado rápidamente en los últimos años. Los inversionistas, en particular, son cada vez más conscientes de las cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza (ASG), por lo que muchos están desinvirtiendo en empresas que no cumplen sus normas ASG, lo que pone a los productores de cemento en riesgo de perder el acceso al capital si no toman medidas para reducir sus emisiones. Los gobiernos también están tomando nota de las emisiones de la industria. El año pasado, la Administración General de Servicios de EE. UU. -—la rama de adquisiciones del gobierno federal— anunció nuevas limitaciones en cuanto a los materiales de construcción con altas emisiones de carbono para todos sus grandes proyectos, una medida que afectará a miles de millones de dólares de inversiones federales en infraestructura. Mientras tanto, a medida que aumenta el escrutinio público sobre las emisiones de CO₂, las ONG ecologistas cuestionan directamente a las cementeras por su contribución al cambio climático, poniendo a la industria en el mismo punto de mira que los sectores del petróleo y el gas.
Por lo tanto, los productores de cemento deben actuar rápidamente para mostrar su compromiso con un futuro sostenible. No obstante, la descarbonización de la industria del cemento es una tarea compleja.
Aproximadamente el 60 % de las emisiones de la industria cementera provienen de la calcinación, una reacción química mediante la cual el carbonato de calcio se calienta y se convierte en óxido de calcio. Para reducir las emisiones de la industria y al mismo tiempo producir suficiente cemento para satisfacer la creciente demanda mundial, muchas empresas cementeras buscan soluciones en las nuevas tecnologías.
En septiembre del año pasado, la Asociación Mundial de Productores de Cemento y Concreto (GCCA, por sus siglas en inglés) anunció un acuerdo para ampliar la implementación de la captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS, por sus siglas en inglés) en toda la industria del cemento y el concreto, con el fin de aumentar el ritmo de los esfuerzos de descarbonización. Sin embargo, la tecnología aún está en pañales y el capital necesario para que alcance la escala necesaria es enorme. Para 2030, año en el que el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático establece que las emisiones globales deben reducirse a la mitad para evitar una catástrofe climática, el objetivo actual de la GCCA es tener la CCUS en pleno funcionamiento en solo 10 plantas de cemento en todo el mundo.
Con el tiempo agotándose, otra posible solución a este problema es que los productores de cemento se centren en reducir el 40 % de sus emisiones que provienen de la electricidad utilizada para suministrar energía a sus plantas mediante la transición a fuentes de energía renovables como la solar y la eólica.
Gracias al uso de acuerdos de compra de energía (PPA), los productores de cemento pueden obtener energía limpia a costos estables, sin necesidad de realizar inversiones significativas en nuevas tecnologías o procesos. Es un modelo que ya han adoptado muchos grandes usuarios de energía, como Unipar, un productor de cloro, cloruros y PVC, y el gigante químico mundial Dow.
Este enfoque puede considerarse una victoria rápida para la industria cementera, ya que permite a los productores reducir su perfil de emisiones, sin que ello repercuta negativamente en sus resultados netos. También tiene el potencial de crear puestos de trabajo y oportunidades económicas en el sector de las energías renovables y puede ayudar a posicionar la industria cementera como líder en la transición hacia una economía baja en carbono. Acuerdos de compra de energía (PPA): Una fuente de estabilidad en un clima de cambio
El cemento y el concreto siguen siendo el mejor material de construcción que tenemos para viviendas asequibles, que es un componente crucial de las sociedades inclusivas y equitativas, y para los hospitales, represas, puentes e infraestructura de transporte público que la población mundial necesita para impulsar el crecimiento económico inclusivo en el futuro. Es un producto abundante, asequible y disponible localmente (solo el 5 % del cemento se comercializa entre países, según cifras de GCCA), lo que significa un ahorro significativo de carbono en el transporte en comparación con otros materiales de construcción. Su resistencia, durabilidad y resiliencia a condiciones climáticas y peligros extremos significan que puede desempeñar un papel vital en el apoyo al desarrollo de infraestructura en áreas afectadas por el cambio climático,y también puede ser reutilizado: al final de su vida útil, es 100 % reciclable.
Atlas Renewable Energy comprende la importancia de reducir las emisiones en la industria del cemento y se compromete a apoyar a la industria en su transición hacia un futuro con bajas emisiones de carbono. Atlas se asocia con grandes usuarios de energía para proporcionar energía limpia, estable y rentable, permitiendo a las empresas reducir su perfil de emisiones y demostrar su compromiso con un futuro sostenible.
La industria del cemento tiene un papel crucial que desempeñar para impulsar el crecimiento económico y el desarrollo para todos. Para obtener más información sobre cómo Atlas puede asociarse con la industria del cemento para acelerar las medidas de descarbonización, póngase en contacto con nosotros.
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