La industria minera es una de las mayores consumidoras de energía del mundo. A medida que las energías renovables se hacen más accesibles, es hora de hacer un balance de lo que las empresas mineras ganarían si hicieran la transición hacia las renovables.

Este fue, precisamente, el tema central de la participación más reciente de Atlas en la convención anual de la Asociación de Prospectores y Desarrolladores de Canadá (PDAC), un evento líder de la industria minera mundial. El trabajo de la PDAC —que representa a más de 6.000 miembros de todo el mundo— se centra en apoyar a un sector minero competitivo, responsable y sostenible. Teniendo en cuenta este enfoque, el director comercial de Atlas, Renato Valdivia, sostiene que “tanto la industria de energías renovables como la  minera comparten determinados objetivos e incentivos clave”. A continuación, analizaremos cómo pueden ambas industrias ayudarse mutuamente para alcanzar estas metas.

 Las energías renovables tienen sentido comercial

Desde un punto de vista empresarial, las ventajas de las energías renovables apuntan principalmente a una reducción de los costos operativos. Según un estudio realizado por Deloitte, la incorporación de energías renovables puede reducir los costos operativos en un 25% en las operaciones mineras existentes y hasta en un 50% cuando se trata de minas nuevas. Dado que el uso de energía constituye aproximadamente el 30% de los costos operativos totales para la mayoría de las minas, vale la pena considerar estrategias a largo plazo que puedan adaptarse a las crecientes necesidades energéticas de la manera más sostenible y rentable.

Las energías renovables permiten soluciones a la medida

Quizás el obstáculo más importante a la hora de integrar las energías renovables es la percepción rezagada sobre la fiabilidad de las fuentes de energía verde y la complejidad de lidiar con los acuerdos de compraventa de energía (PPA). Sin embargo, la ventaja de conseguir un contrato de energía renovable independiente radica precisamente en la capacidad de ajustar los PPA a las necesidades energéticas específicas, en lugar de depender únicamente de fuentes de energía que crean sus propios problemas en materia de residuos y gestión de riesgos.

Es fundamental comprender cómo los PPA personalizados pueden ofrecer soluciones de mayor valía, al tener en cuenta las características particulares de una ubicación concreta y el perfil de la demanda de cada mina. La mentalidad única, donde “lo que vale para uno, vale para todos”, nunca podrá optimizar el gasto energético, los costos, riesgos y objetivos de sostenibilidad.

Las emisiones de carbono tienen su precio

El sector minero representa entre el 4% y el 7% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Podría decirse que produce más emisiones que cualquier otra industria, por lo que la industria minera enfrenta una increíble presión por parte de los gobiernos, los inversionistas y la sociedad para reducir las emisiones. Esta presión se traduce en marcos normativos que gravan las emisiones de carbono, y que seguirán afectando a los grandes consumidores de energía, a menos que tomen medidas para adoptar fuentes de energía más limpias.

Según el Banco Mundial, ya se han adoptado en 40 países instrumentos de fijación de precios del carbono, mientras que se han implementado otros mecanismos a nivel regional y local.

La sugerencia de Valdivia sería empezar por la electrificación como primera estrategia para reducir la huella de carbono. “El hidrógeno verde puede sustituir a los combustibles fósiles, en caso de que la electrificación no sea una opción”, afirma. “En última instancia, tenemos que sustituir por completo el uso de combustibles fósiles si queremos llegar a cero emisiones netas de carbono. Esto exige que el sector de las renovables y el de la minería colaboren estrechamente para encontrar soluciones sistémicas que puedan producir sinergias a largo plazo.”

Los inversionistas están a favor de las renovables (y los consumidores también)

Es evidente la necesidad de un cambio sistémico a largo plazo, cuando consideramos que cada vez más inversionistas institucionales se han comprometido a apoyar estrategias sin combustibles fósiles. Así, la capacidad de las empresas mineras para reducir su huella de carbono va de la mano de posibles alianzas empresariales. En consecuencia, las empresas mineras están particularmente posicionadas para desempeñar un papel esencial en la aceleración de cambios innovadores en la producción, gestión y distribución de la energía.

Una de las observaciones que se hicieron en la conferencia anual de la PDAC fue que hay una conciencia cada vez mayor sobre el papel fundamental que desempeñan los minerales en la economía moderna y cómo la transición ecológica impulsará un mayor crecimiento de la demanda de ciertos elementos, como el cobre y el litio. Esto apunta a un incipiente modelo de negocio para el sector minero, que trabaja en favor del desarrollo de nuevas tecnologías de energía renovable y conjuntamente con el desarrollo de dichas tecnologías.

El reto consiste en encontrar la manera de equilibrar la expansión con una asignación eficiente del capital y la contención de costos. De esta forma, una estrategia integral de sostenibilidad, en la que se incluya un componente renovable (y la optimización del diseño de las operaciones en torno a la maximización de su uso) cuando se planifique una nueva mina o se amplíe una operación ya existente, servirá para desbloquear el acceso a planes de financiación verde preferencial y reducir el riesgo percibido por parte de los inversionistas.

De forma similar, las empresas mineras deben considerar la creciente demanda de los consumidores para que las cadenas de suministro proporcionen productos básicos ecológicos. Importantes clientes, como Volvo y Mercedes, están cimentando estas demandas al establecer compromisos para la compra de acero ecológico, que se deben concretar en los próximos cinco años.

Un aspecto fundamental para el negocio

La transición hacia las energías renovables está siempre enmarcada en preocupaciones ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) de mayor importancia. Debido a su escala e intervención, los proyectos mineros tienden a generar mucha atención en lo que respecta a las cuestiones ESG.

Las empresas mineras requieren licencias para operar, que —a su vez— están condicionadas por las estrategias ESG. En este sentido, las energías renovables ofrecen algo más que un simple ahorro de costos ya que también forman parte de las estrategias que preservan la licencia social de una mina.

El modelo de negocio de Atlas siempre ha consistido en encontrar formas de proporcionar soluciones energéticas limpias, innovadoras y a la medida para los grandes consumidores de energía, actuando al mismo tiempo como agentes de cambio y gestores de justicia social en las comunidades en las que intervenimos. Desde nuestro punto de vista, se trata de llevar el concepto de sostenibilidad más allá de la energía limpia hacia un modelo de crecimiento económico integral que busque la regeneración y no el agotamiento de los recursos. Garantizar un triple resultado en la estrategia es, en definitiva, el rendimiento más significativo de la inversión.

Aunque los beneficios sociales y medioambientales sean más difíciles de cuantificar, crean valor para los accionistas.

Un nuevo modelo minero

El desafío para la industria minera es determinar cómo proporcionar los minerales que el mundo necesita para prosperar, y al mismo tiempo hacer que sus operaciones sean parte de la solución para abordar el cambio climático.

Para responder a esta pregunta es necesario estar dispuestos a repensar los procesos operativos y tener el liderazgo suficiente para transformar toda una industria.

Las tendencias actuales indican que la transición a las energías renovables va en aumento. Los líderes de la industria minera no deberían demorarse en seguir este camino, o podrían encontrarse ante una curva de costos más elevada, al tratar de ponerse al día con respecto a los competidores.

Las empresas mineras pueden posicionarse como actores clave en el ámbito de la tecnología y la innovación a través del lente de las estrategias de energía renovable, atrayendo el interés de una mano de obra especializada y de inversionistas con visión de futuro, al tiempo que sirven a las comunidades donde operan.

En asociación con Castleberry Media, estamos comprometidos con el cuidado de nuestro planeta, por lo tanto, este contenido es responsable con el medioambiente.

A medida que un número cada vez mayor de empresas de todo el mundo publican compromisos para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero con el fin de alcanzar el cero neto, aumenta la presión para garantizar que cumplan con dichos compromisos. Los Certificados Internacionales de Energía Renovable (I-REC) pueden proporcionar una forma certificable de probar las acciones corporativas para reducir las emisiones de Alcance 2. Atlas Renewable Energy explica cómo.

El escrutinio de los riesgos climáticos por parte de los inversores y los organismos reguladores es cada vez mayor, y los consumidores y empleados tienen cada vez más en cuenta la sostenibilidad en sus decisiones. Hacer compromisos ambiguos ya no es suficiente. De hecho, los cambios propuestos a las reglas de la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos sobre informes de riesgos significan que las empresas deberán proporcionar informes detallados sobre sus riesgos, emisiones y planes relacionados con el clima para la transición a cero neto. También se están aplicando medidas similares en la Unión Europea, Hong Kong, Japón, Nueva Zelanda y el Reino Unido.

Entre las normas propuestas se encuentran una mejora en los informes de emisiones de Alcance 2, que son las emisiones generadas por la energía que consume una empresa. Casi el 40 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero se pueden atribuir a la generación de energía, lo que significa que tomar medidas para reducir las emisiones de Alcance 2 es de vital importancia para mitigar el aumento de la temperatura global.

Lograr esto significa combatir la huella de carbono por el uso de electricidad. Si bien las medidas de conservación de energía y las mejoras de eficiencia representan tareas fáciles de realizar para que las empresas comiencen a reducir sus emisiones, la acción real proviene del cambio a energía limpia. Mediante la utilización y la producción de energía renovable, las empresas pueden tomar medidas reales sobre el cambio climático y satisfacer las expectativas cada vez más estrictas de los inversores, reguladores y consumidores.

Sin embargo, muchas empresas siguen sin poder abastecerse directamente de energías renovables.

Por ejemplo, esto puede deberse a la baja demanda de energía en las numerosas instalaciones de pequeñas y dispersas empresas, lo que hace que sea más difícil ejecutar los acuerdos de compra de energía. Esto puede ser el resultado de la falta de disponibilidad de energía renovable en los países donde la empresa tiene instalaciones, o puede deberse al tipo de mercado de la electricidad, o a la normativa del lugar en el que opera la empresa.

Aunque todos los mercados acabarán desarrollándose en esta dirección, las empresas necesitan una solución inmediata.

En lugares con poca o ninguna oportunidad de adquirir cantidades comerciales de electricidad renovable a precios económicos, y cuando una empresa alcanza el límite de reducción de demanda y producción de energía renovable que puede lograr, la compra de certificados de atributo de energía (EAC) les permite superar el último paso hacia la energía 100 % renovable. Esto les posibilita el reducir las emisiones de Alcance 2, reivindicar los atributos medioambientales de la electricidad renovable y cumplir los compromisos y objetivos de sostenibilidad.

Los tipos de EAC disponibles en cada mercado son diferentes, pero para la mayoría de los clientes de Atlas, el programa I-REC es el más relevante.

El estándar I-REC es un sistema reconocido internacionalmente para asignar atributos de energía eléctrica. Cada I-REC representa la propiedad exclusiva de 1 MWh de energía renovable, que se ha producido e inyectado en la red.

Pero para que las compras de I-REC contribuyan a cumplir con los objetivos de reducción de emisiones de alcance 2, es de vital importancia usarlos correctamente.

El papel de los EAC en los informes de emisiones de alcance 2 ha sido cuestionado recientemente, después de que un estudio publicado en Nature Climate Change, descubrió que las afirmaciones medioambientales de algunas empresas eran exageradas porque la cantidad de energía consignada en los certificados no siempre coincidía con lo que declaraban públicamente.

En respuesta, la Iniciativa de Objetivos Basados en la Ciencia (SBTi), una asociación entre el CDP, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, el Instituto de Recursos Mundiales (WRI) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), alienta el uso de EAC basadas en la guía de Alcance 2 del Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (GHGP), y destacó la necesidad de aumentar la transparencia sobre cómo las empresas cumplen sus objetivos.

Los I-REC sirven para aumentar la transparencia del sector energético y proporcionar claridad sobre la utilización de energía renovable entre los consumidores finales. El estándar I-REC garantiza que los certificados emitidos cumplan con los estándares internacionales clave de sostenibilidad y responsabilidad de carbono, incluidos GHGP, CDP y RE100, y  que cumplan con las expectativas de las partes interesadas sobre las mejores prácticas de la industria. 

Pero para que las empresas marquen la diferencia bajo la guía del Protocolo de Alcance 2 del GEI, deben manejar un estándar GHG o GEI adecuado a las emisiones. La guía de GEI es clara al respecto; cuando se trata de reportar las emisiones de Alcance 2, existe un enfoque “basado en la ubicación” que refleja la intensidad de emisiones promedio de las redes locales donde ocurre el consumo de energía, y un enfoque “basado en el mercado”, que refleja las emisiones de generación de electricidad que las empresas han elegido a propósito, lo que les permite utilizar su poder adquisitivo para acelerar el despliegue de energía renovable.

Esto significa que las empresas deben comprar I-REC de sitios de generación ubicados dentro de la misma jurisdicción que el mercado energético en el que adquieren la energía que utilizan.

Lo que también es extremadamente importante es la verificación de terceros. Ya no es suficiente simplemente hacer afirmaciones infundadas. La incorporación de organismos externos ayuda a garantizar que un sistema I-REC se emplee correctamente y que las afirmaciones de una empresa sobre la energía que emplea sean creíbles. Para que sus afirmaciones sean creíbles, las empresas deben hacer que un tercero verifique sus canjes y verifique que se canjearon la cantidad y el tipo correctos de I-REC.

Al usar correctamente los I-REC, las empresas no solo pueden tomar una decisión consciente, transparente y basada en la evidencia para reducir sus emisiones de alcance 2, sino que también pueden permitir el desarrollo de más instalaciones de electricidad renovable.

Las empresas son responsables de abordar sus emisiones de Alcance 2 de acuerdo con la ciencia climática actual. Aunque esto puede ser complejo, con la orientación adecuada se puede lograr. Para obtener más información sobre cómo desarrollar una estrategia equilibrada que garantice un impacto real y evite el “greenwashing“, le invitamos a ponerse en contacto  hoy mismo con Atlas Renewable Energy.  

En asociación con Castleberry Media, estamos comprometidos con el cuidado de nuestro planeta, por lo que este contenido es responsable con el medio ambiente.

As a growing number of companies around the world publish commitments to reduce their greenhouse-gas emissions in order to reach net zero, the pressure is on to ensure they live up to their claims. International Renewable Energy Certificates (I-RECs) can provide a certifiable way of proving corporate action to slash scope 2 emissions. Atlas Renewable Energy explains how.

Investor and regulatory scrutiny of climate risk is rising, and consumers and employees are increasingly factoring sustainability into their decisions. It’s no longer good enough to make ambiguous commitments. Indeed, proposed changes to the US’s Securities and Exchange Commission’s rules on reporting risk will mean that companies will need to provide detailed reporting of their climate-related risks, emissions, and net-zero transition plans. Similar measures are also underway in the European Union, Hong Kong, Japan, New Zealand, and the United Kingdom.

Among the proposed rules are better reporting of Scope 2 emissions, which are emissions generated by the energy a company consumes. Nearly 40% of the world’s greenhouse gas emissions can be traced to energy generation, which means taking action to reduce Scope 2 emissions is vitally important to limit global temperature rises.

Achieving this means tackling the carbon footprint of electricity use. While energy conservation measures and efficiency upgrades represent low-hanging fruit that companies can take advantage of to start slashing emissions, the real action comes from switching to clean electricity. By using and producing renewable energy, companies can take real action on climate change and meet increasingly stringent expectations from investors, regulators, and consumers.

However, many businesses are still unable to source renewable energy directly. 

For example, this could be due to the small size of energy demand at a company’s numerous small, scattered facilities, which make it more challenging to execute contracted purchases. It could be a result of a lack of availability of renewable energy in countries in which the company has facilities, or it could be due to the type of electricity market or regulations in the location where the company operates.

While all markets will develop eventually, companies need a solution now. 

In locations with limited or no opportunity to procure economically priced, commercial quantities of renewable electricity, and when a company has reached the limit of the energy demand reduction and renewable energy production it can achieve, the purchase of energy attribute certificates (EAC) enables them to cover the last mile towards 100% renewable energy. This allows them to reduce Scope 2 emissions, claim environmental attributes of renewable electricity, and meet sustainability commitments and goals.

The types of EACs available in each market differ, but for most of Atlas’s customers, the I-REC scheme is the most relevant. 

The I-REC Standard is an internationally recognized method for electricity attribute allocation. Each I-REC represents the unique ownership of 1 MWh of renewable energy that has been produced and injected into the grid.

But for I-REC purchases to contribute to meeting scope 2 emission reduction goals, it’s vital to use them correctly. 

The role of EACs in reporting against scope 2 emissions has been brought into question recently, following a study published in Nature Climate Change by a team of researchers, who found that some companies’ environmental claims were exaggerated because the amount of energy reported on the certificates was not always equal to what they were publicly stating.

In response, the Science Based Targets Initiative (SBTi), a partnership between CDP, the United Nations Global Compact, World Resources Institute (WRI), and the World Wide Fund for Nature (WWF), encourages the use of EACs based on the Greenhouse Gas Protocol’s (GHGP) scope 2 guidance, has highlighted the need for boosting transparency about how companies meet their targets.

I-RECs serve to increase the transparency of the energy sector and provide clarity about the use of renewable electricity among end-consumers. The I-REC Standard ensures that issued certificates adhere to major international sustainability and carbon accountability standards, including the GHGP, CDP, and RE100, and adhere to stakeholder expectations of industry best practices. 

But for them to make a difference under the GHG Protocol Scope 2 guidance, they need to impact emissions properly. The GHG guidance is clear on this; when it comes to reporting Scope 2 emissions, there is a ‘location-based’ approach that reflects the average emissions intensity of the local grids on which energy consumption occurs and a ‘market-based’ approach that reflects emissions from electricity generation that companies have purposefully chosen, enabling businesses to use their purchasing power to accelerate the deployment of renewable energy.

What this means is that companies should purchase I-RECs from generation sites located within the same energy market jurisdiction as their energy usage. 

What’s also extremely important is third-party verification. It isn’t enough anymore to simply make unsubstantiated claims. Bringing in external bodies helps ensure that an I-REC system is being used correctly and that a company’s claims about the energy they use are reliable. To make their claims credible, companies should have a third party verify their redemptions and verify that the correct number and type of I-RECs have been redeemed.

By using I-RECs correctly, companies can not only make a conscious, transparent and evidence-based choice to lower their scope 2 emissions, but they can also enable the development of more renewable electricity installations. 

Companies are responsible for addressing their Scope 2 emissions in a way aligned with the current climate science. While this can be complex, with the proper guidance, it can be achieved. To find out more about how to develop a balanced strategy that ensures a real impact and avoids greenwashing, contact Atlas Renewable Energy today.  

In partnership with Castleberry Media, we are committed to taking care of our planet, therefore, this content is responsible with the environment.

Siempre que se trata de capital, especialmente con contratos, las cosas pueden volverse complejas. Si a esto le añadimos condiciones volátiles, como la pandemia, la guerra, la crisis climática y la inflación, las cosas se complican aún más. Estas condiciones tienen efectos secundarios graves, uno de ellos es la volatilidad de la moneda. Según un artículo de 2021 de DailyFX, la volatilidad de la moneda se “caracteriza por cambios frecuentes y rápidos en las tasas de cambio en el mercado de divisas“. Básicamente, significa que el valor de la moneda es impredecible y prácticamente imposible de controlar.

Los precios de la electricidad también pueden fluctuar. Esta imprevisibilidad agravada es a menudo la motivación para que las empresas y los propietarios de proyectos de energía renovable aseguren un acuerdo de compra de energía o PPA. Sin embargo, hay señales de que la volatilidad actual del mercado puede afectar estos acuerdos a largo plazo. Por ejemplo, un informe reciente de Pexapark destacado en Reuters afirma que la reciente volatilidad de los precios de la energía tendrá un impacto duradero en el mercado de PPA de energía limpia, que incluye menos contratos a largo plazo.

Pero a pesar de la volatilidad reciente, los PPA aún pueden proporcionar una fuente de estabilidad. Según un artículo de Martijn Duvoort de DNV, “los PPA han sido una herramienta valiosa para financiar la transición energética hasta la fecha, particularmente en los EE. UU., América Latina y, recientemente, en los países nórdicos. Con los gobiernos de muchas regiones buscando eliminar gradualmente los subsidios y las tarifas de alimentación, los nuevos proyectos de energía renovable estarán mucho más expuestos a las fluctuaciones de los mercados abiertos. Los PPA ayudan a mitigar los riesgos asociados con tales fluctuaciones y se convertirán en una herramienta aún más importante para fomentar la inversión en nuevos proyectos”.

Entonces, ¿qué podemos lograr con esto?. Empecemos por el principio.

Acuerdos de compra de energía: Conceptos Básicos

Un PPA es un contrato entre un consumidor y una unidad generadora de energía o una cartera de la misma. Hay dos categorías principales de PPA: los PPA de entrega física y los PPA virtuales (a veces llamados PPA financieros). La duración habitual del contrato es entre 10 y 20 años. La negociación de los PPAs es compleja; requiere asesores jurídicos y ocasionalmente técnicos, y el tiempo típico de negociación es de 3 a 9 meses.

Dado que las redes eléctricas conectan las unidades de generación con la demanda, un PPA no se limita a los activos de generación in situ; la mayoría de las veces, la generación de energía se encuentra fuera del sitio, a veces ni siquiera dentro de la misma región. El proceso de PPA puede comenzar con un nuevo proyecto de energía que está listo para ser construido (incluida la ubicación, el tamaño y la conexión a la red que ya está acordado) o un proyecto existente que tiene capacidad de generación disponible no comprometida en PPA anteriores. Para los PPA corporativos, empresas como Atlas Renewable Energy pueden ayudar, especialmente a medida que crece la necesidad de experiencia internacional.

Principales beneficios del PPA

Como mecanismo que permite un cambio positivo, el PPA, en su esencia, tiene como objetivo proporcionar certeza en los precios de la energía eléctrica, fijando costos de energía competitivos para el cliente y brindando estabilidad de flujo de efectivo al activo de generación, que es fundamental para asegurar el financiamiento, razón por la cual las garantías son tan cruciales en estos acuerdos. Sin embargo, los PPA también se pueden usar para promover los objetivos de sostenibilidad de una corporación, comprometiéndose a comprar solo energía renovable de proyectos específicos que se construirán y operarán (un concepto llamado “adicionalidad”). Como resultado, las empresas pueden reducir su huella de carbono y asociarse con empresas de generación renovable con credenciales ambientales, sociales y de gobierno sólidas y reconocidas, beneficiando así al medio ambiente, las comunidades y otras partes interesadas relacionadas con el proyecto de energía renovable.

Además, para ayudar a compensar los cambios continuos, la volatilidad de la moneda y las fluctuaciones de precios mencionadas anteriormente, un PPA tiene la capacidad de protegerse contra futuros aumentos de precios al permitir que los propietarios de negocios aseguren un precio fijo por unidad de electricidad durante la duración del contrato.

Simplificando el proceso de PPA

Una vez que una empresa decide que está lista para participar en un PPA, los siguientes pasos pueden ayudar a facilitar el proceso:

  • Empezar cuanto antes. Incluso con los precios volátiles existentes, los PPA pueden tardar varios meses en negociarse. Y normalmente, el proyecto que se comprometerá a entregar la energía va a ser construido con un propósito específico, lo que puede agregar otros 1-2 años hasta su finalización.  Por lo tanto, es mejor comenzar ahora, en caso de que surjan aún más cambios que afecten el precio general.
  • Realizar investigaciones sobre el mercado existente en América Latina, las políticas estatales para los PPA en los Estados Unidos y los proveedores disponibles (específicamente sobre su reputación y trayectoria, ¡consiga referencias!).
  • Contratar a un asesor experimentado con una trayectoria establecida para guiar el proceso, así como asesores legales calificados y consultores técnicos y financieros para la fase de negociación.
  • Estar preparado para hacer preguntas críticas sobre el PPA relacionadas con precios, indexación, garantías del comprador y del vendedor, duración, fecha de inicio, fecha de operación comercial y los riesgos.
  • Involucrar a las partes interesadas que formarán parte del PPA o que se verán potencialmente afectadas por él.
  • Obtener la aprobación, según sea necesario, de la alta dirección, de un parlamento u órgano legislativo, un organismo regulador o de otra entidad del gobierno anfitrión.
  • Una vez aprobado y firmado, continuar monitoreando el mercado a medida que evoluciona, así como el valor del activo. En concreto, es fundamental crear una estrategia para este proceso, así como realizar una evaluación mark-to-market, que es una evaluación realista de la situación financiera, basada en el valor de los activos y pasivos a medida que evolucionan los precios.

Riesgos de los PPA

Cualquier contrato conlleva cierto riesgo. Incluso en el caso de los PPA, que existen desde la década de 1980, existen riesgos que las partes involucradas deben planificar y tener en cuenta. Noah Lerner, del Foro de Finanzas de Energía Limpia, analiza algunos de esos riesgos, así como los riesgos de base, forma y operativos en su artículo de 2020, “Navegando el Riesgo: Una Guía de PPA Corporativa“.

Un riesgo adicional y considerable para la estructuración de los PPA es la moneda en que se basa el contrato. Un artículo de Greentech Media afirma que existen varios riesgos monetarios que aquellos que participan en un PPA deben tener en cuenta, incluida la devaluación de la moneda local, la disponibilidad de financiamiento y la convertibilidad (es decir, la conversión de la moneda local a dólares estadounidenses u otra moneda fuerte).

La conversión a una moneda que refleje el flujo de caja de la empresa es una forma de ayudar a mitigar estos riesgos. Un ejemplo del uso de financiamiento internacional más competitivo y denominado en dólares  fue el reciente PPA de 15 años de Atlas Renewable Energy con un gran consumidor del sector químico para  un proyecto solar que suplirá alrededor de 440 GWh por año en Brasil en donde el cliente exporta su producción y, por lo tanto, recibe flujos de efectivo denominados en dólares. El contrato se aseguró con financiamiento en dólares estadounidenses (67 millones de dólares, para ser exactos). Como resultado, el proyecto puede cumplir sus objetivos de lograr energía limpia las veinticuatro horas del día (gracias a una característica comercial adicional que permite al cliente recibir energía eléctrica las 24 horas del día) para sus operaciones comerciales, además de beneficiarse de una mayor certeza de precios.

En tiempos de volatilidad, los PPA deben evolucionar

La volatilidad existe en el mundo ahora más que nunca, y puede tener efectos de largo alcance. Los precios de la electricidad parecen cambiar a diario. Y para regiones como América Latina, la fluctuación del valor de la moneda está dificultando la financiación de los proyectos de energías renovables a nivel contractual. En este momento, puede parecer que los riesgos abundan. Pero incluso en tiempos de gran incertidumbre, hay soluciones.

Lo esencial es que los PPA proporcionen valor. Estos acuerdos están a la vanguardia de la implementación de las energías renovables en todo el mundo. Sin embargo, para hacerlo, deben estructurarse de la manera correcta para que todas las partes obtengan la certeza de precios y el mejor resultado financiero que necesitan a largo plazo.

Pero, como todo, los PPA deben evolucionar, ya que a medida que cambian las condiciones y las monedas, surgen tecnologías y surgen nuevas opciones de compra o contratación. A medida que el sector de las energías renovables sigue creciendo, sus precios pueden variar y volverse más complejos. Como resultado, los PPA deben adaptarse estratégicamente a estas condiciones en constante cambio, no solo para continuar sirviendo a las empresas y a los inversionistas, sino también para impulsar la transición hacia un futuro de energía limpia (y financieramente factible).

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Entre las compañías tecnológicas más grandes del mundo, los acuerdos de energía limpia y los objetivos climáticos se han convertido en una fuente de rivalidad. Hoy en día, cinco de las 10 principales empresas de tecnología en todo el mundo, por capitalización de mercado, funcionan con electricidad 100 % renovable. Sin embargo, está surgiendo una brecha entre los rezagados y los líderes, con algunos de los mayores consumidores de electricidad que tienen la menor proporción de uso de energía renovable.

Las empresas de soluciones digitales y de datos tienen una oportunidad sin precedentes para hacer una contribución importante y esencial al esfuerzo climático global. Lanzado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 o COP26, el programa de desafío Tech para nuestro Planeta destacó cómo las innovaciones, desde la inteligencia artificial hasta la cadena de bloques y el big data, pueden ayudar al mundo a cumplir con los objetivos de cero emisiones netas.

De hecho, según un informe reciente de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, la tecnología digital podría ayudar a reducir las emisiones de carbono del mundo en aproximadamente un 17 %.

Pero con los centros de datos y las cadenas de suministro con una gran demanda de energía, que abarcan todo el planeta, a menos que todas las empresas de tecnología de todo el mundo funcionen con energía limpia, la industria nunca podrá crear acción climática a gran escala.

Elegir un futuro sostenible

Después de ser objeto de un escrutinio cada vez mayor en los últimos años por su impacto ambiental, los principales gigantes tecnológicos han dado grandes pasos hacia la reducción de su huella de carbono, con acciones como la reducción de residuos, el reciclaje de hardware y el abastecimiento responsable de la cadena de suministro. Sin embargo, de lejos, el aspecto más impactante de las estrategias de sostenibilidad de estas empresas es la transición a las energías renovables.

Entre las compañías más influyentes, Google se ha comprometido a impulsar sus operaciones completamente con energía libre de carbono para 2030, y desde 2017 ha igualado el 100 % de su uso global de electricidad con compras de energía renovable. Mientras tanto, Microsoft anunció recientemente que para 2030 tendrá el 100 % de su consumo de electricidad igualado por compras de energía sin carbono. Es una historia similar a la de Facebook, que logró su objetivo de obtener energía 100 % renovable para respaldar sus operaciones globales en 2020.

Estas empresas tecnológicas han sido capaces de lograr estos objetivos aprovechando su enorme capacidad de inversión.

En 2019, Google firmó la mayor compra corporativa de energía renovable de la historia, con un paquete de acuerdos de 1.600 megavatios (MW) que incluía 18 nuevos acuerdos de energía. Hoy en día, su cartera mundial de energía produce más electricidad que lugares como Washington D.C. o lo que países enteros como Lituania o Uruguay usan cada año. Facebook también es uno de los mayores compradores corporativos de energía renovable, con contratos actuales vigentes para más de 6,1 gigavatios (GW) de energía eólica y solar en 18 estados y cinco países. Y en los últimos 12 meses, Microsoft ha firmado nuevos acuerdos de compra de aproximadamente 5,8 GW de energía renovable en 10 países de todo el mundo.

Pero incluso para las empresas con un poco menos de potencia financiera, convertirse en completamente renovables no solo es posible, sino que en muchos casos puede representar un ahorro de costos. Gracias a los avances tecnológicos que han llevado la eficiencia de las instalaciones solares cerca de su máximo teórico -como los paneles bifaciales, que captan los rayos de ambos lados, y los avances en electrónica que permiten a los paneles solares rastrear el sol a medida que se mueve en el cielo diurno- aprovechar el sol es cada vez más rentable.

Para 2030, se pronostica que la adopción de la computación en la nube aumentará exponencialmente, de US $1.3 mil millones en 2019 a US $12.5 mil millones, según BloombergNEF. En última instancia, la energía renovable es ahora más barata que los combustibles fósiles en muchos mercados, y debido a que la electricidad es el principal desembolso para las empresas de tecnología, al usar energía solar o eólica, pueden mantener los costos bajos, incluso cuando la demanda de sus servicios, como los centros de datos, se dispara.

Margen de mejora

Las estimaciones de la contribución del sector tecnológico a las emisiones globales de gases de efecto invernadero varían, del 1,4 % al 2,3 %. A diferencia de sectores como la aviación o el transporte marítimo, gran parte de su huella de carbono depende del consumo de electricidad, en lugar de la quema de combustibles fósiles, lo que hace que sea relativamente fácil descarbonizar. Y aprovechar esta oportunidad de bajo costo tendrá un impacto considerable: según una investigación de Ericsson, si el sector tecnológico hiciera el cambio a fuentes de energía renovables, podría reducir sus emisiones generales hasta en un 80 %.

Si bien Big Tech está en camino hacia el 100 % de energía renovable, algunos de los mayores usuarios de energía del sector todavía dependen de la energía convencional para la mayoría de sus necesidades de electricidad. Y cómo los científicos advierten que las emisiones globales deben reducirse a la mitad para 2030, con el fin de evitar los peores impactos del cambio climático, esto tiene que cambiar, y rápido.

Un problema es que la generación variable de energía renovable no siempre se alinea con el momento del consumo de electricidad del comprador, lo que significa que tienen que recurrir a alternativas emisoras de carbono, como la generación de electricidad a carbón o gas.

Resolver esto significa pensar en soluciones creativas, y Big Tech está haciendo esto cada vez más. Una reciente oleada de compromisos de las empresas para satisfacer su demanda de electricidad, hora a hora, con fuentes de electricidad libres de carbono, es un gran movimiento positivo en la dirección correcta.

Si bien este es un desarrollo reciente, Atlas cree que este es el comienzo del siguiente paso hacia el logro de la transición de energía renovable, y quiere facilitar. A través de capacidades avanzadas de estructuración desarrolladas durante el año pasado, Atlas es capaz de proporcionar soluciones de perfil de carga para los consumidores de energía. Esto se logra a través del diseño adecuado de una cartera de proyectos de energía renovable, en la que Atlas puede entregar la demanda horaria esperada en los centros donde se encuentran los requisitos de carga.

A medida que los accionistas e inversores establecen objetivos de descarbonización, y los consumidores claman por este cambio, demostrar liderazgo en energía limpia se ha convertido en un elemento central de la estrategia corporativa en todo el sector tecnológico, y el sector de las energías renovables está creciendo para enfrentar el desafío.

Con nuevas opciones de financiamiento y modelos de negocio que reducen las barreras de entrada, la inscripción de hasta 100% de energía  limpia ya no está restringida a los gigantes tecnológicos de primer nivel. Gracias a los acuerdos corporativos de compra de energía (PPA) -contratos a largo plazo, en virtud de los cuales una empresa acuerda comprar electricidad directamente de un generador de energía- la oportunidad ahora está disponible para todos los actores, en todo el sector tecnológico, de dar un paso vital hacia un futuro con cero emisiones netas.

Cómo Atlas puede ayudar

Sin un cambio a la energía renovable, no hay forma sostenible para que las empresas dentro de la industria tecnológica continúen con sus operaciones que demandan grandes cantidades de electricidad. Abordar el cambio climático y reducir las emisiones de carbono es uno de los temas más importantes de nuestro tiempo, y las empresas del sector deben actuar ahora.

Atlas Renewable Energy fue concebido con la sostenibilidad en su núcleo. Desarrolla, construye, financia y opera proyectos de energía limpia en las Américas, que permiten a las empresas impulsar sus operaciones de manera sostenible.

Con una gama de servicios, desde acuerdos de compra de energía renovable (PPA) hasta certificados de energía renovable (REC), Atlas ayuda a los grandes consumidores de energía en todas las industrias a hacer el cambio hacia energías limpias, y a gestionar su transición a cero emisiones netas.

Para obtener más información sobre el enfoque de Atlas Renewable Energy y cómo puede ayudar a su empresa a cumplir sus objetivos de sostenibilidad, envíenos un correo electrónico: contacto@atlasren.com

En asociación con Castleberry Media, estamos comprometidos con el cuidado de nuestro planeta, por lo tanto, este contenido es responsable con el medioambiente.

El 16 de agosto de 2022, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) que constituye la primera legislación del país diseñada para combatir el cambio climático.

La ley IRA —que el presidente calificó como “un avance histórico en materia climática”— contempla miles de millones de dólares en inversiones en pro del clima y las energías limpias, que de implementarse, reducirán las emisiones de gases de efecto invernadero de los Estados Unidos en aproximadamente un 40% por debajo de su máximo histórico, lo que representaría que el país  llegaría a cumplir dos tercios de su objetivo a alcanzar para el año 2030 en virtud del Acuerdo de París.

Con disposiciones legales que promueven la expansión de la producción eólica y solar, y la intención de acercar la tecnología amigable con el medio ambiente (como vehículos eléctricos) a los bolsillos de la mayoría de los estadounidenses, la ley IRA podrá sin duda acelerar la transición energética de Estados Unidos. Aunque existen algunas condiciones.

 ¿Qué contempla la ley IRA?

La Ley para la Reducción de la Inflación es un importante paquete legislativo que abarca varios ámbitos, que van desde los precios de los medicamentos hasta los impuestos. Sin embargo, la mayor parte de la ley aborda la protección del clima, con una propuesta de inversión de 369.000 millones de dólares en programas de seguridad energética y lucha contra el cambio climático para los próximos 10 años. Los elementos clave de las disposiciones jurídicas sobre energía tienen como objetivo reducir los costos energéticos en Estados Unidos, aumentar la seguridad energética e invertir en la descarbonización de todos los sectores de la economía a través de soluciones innovadoras.

Para los consumidores, la IRA propone incentivos directos para la compra de vehículos eléctricos, electrodomésticos de bajo consumo y la instalación de paneles solares en los techos, además de un crédito fiscal de 4.000 dólares para los consumidores con ingresos medios o bajos por la compra de vehículos eléctricos usados, y créditos fiscales de hasta 7.500 dólares por vehículos eléctricos nuevos.

Para los fabricantes, la ley incluye más de 60.000 millones de dólares para la manufactura de energías limpias nacionales, así como incentivos para reducir la inflación y el riesgo de futuras crisis de precios, reduciendo el coste de las energías y los vehículos limpios, y aliviando los cuellos de botella en la cadena de suministro. Esto incluye un crédito fiscal de 10.000 millones de dólares a la inversión, con el fin de construir instalaciones de fabricación de tecnologías limpias y 20.000 millones de dólares en préstamos para la creación de nuevos vehículos limpios.

Para la economía en general, la ley IRA ofrecerá subvenciones para hacer frente al cambio climático, en lugar de impuestos sobre el carbono. Invertirá en la reducción de las emisiones de carbono a través de créditos fiscales para fuentes de energía limpias, destinando 30.000 millones de dólares en programas de subvenciones y préstamos específicos, así como créditos fiscales para combustibles limpios y vehículos comerciales.

Se han designado otros 27.000 millones de dólares a un banco verde para incentivar el uso de la tecnología de energías renovables, mientras que la IRA incluye inversiones en las tecnologías necesarias para que todos los tipos de combustible (el hidrógeno, la energía nuclear, las renovables, los combustibles fósiles y el almacenamiento de energía) se produzcan y utilicen de la forma más limpia posible. Esto conlleva subvenciones y préstamos para las empresas que reduzcan sus emisiones, y tasas para los productores con exceso de emisiones de metano.

¿Cuál será el impacto de la IRA con respecto a las energías renovables?

El costo tanto de la energía solar, que la Agencia Internacional de la Energía califica como “la fuente de electricidad más barata de la historia”, como de la energía eólica se ha reducido en los últimos años, y se espera que la nueva legislación haga sus precios aún más competitivos.

En la actualidad se fabrican muy pocos paneles solares en Estados Unidos, pero la IRA propone cambiar este panorama ofreciendo incentivos para que las fábricas nuevas produzcan todos los subcomponentes de la cadena de suministro de la energía solar, pagándole a esas fábricas por cada componente que manufacturen. La IRA restablecerá el actual artículo 451 de las energías renovables, que es un crédito fiscal a la producción (PTC), así como el artículo 48, que es el crédito fiscal a la inversión (ITC), a sus tarifas completas antes de la “eliminación gradual”, —justo cuando estos incentivos fiscales estaban a punto de vencer o reducirse—. Esto también implica mayores incentivos para los generadores de energía.  Otro tipo de crédito fiscal estaría dirigido a las empresas de energías limpias para que implementen más energía solar, eólica y baterías conectadas a la red, ampliando los créditos existentes a otros 10 años.

No solo eso, sino que se añadirá (por adelantado) un crédito fiscal a la fabricación para los productores de componentes solares y eólicos de Estados Unidos. Mientras tanto, los créditos fiscales para la energía limpia harán que se dispare la demanda de proyectos renovables, así como la producción de nuevos paneles solares, turbinas eólicas, baterías y otros componentes. Y debido a la naturaleza global interconectada de la economía, esto podría ayudar a que dichas tecnologías sean más accesibles también para otros países.

 ¿Cuál será el impacto de la IRA con respecto al cambio climático?

Algunas estimaciones de la comunidad científica sitúan la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de Estados Unidos para el año 2030 en torno a un 30-40% por debajo de los niveles de 2005 como resultado de la implementación de la IRA, acercando a Estados Unidos a cumplir la promesa que el año pasado realizó el presidente Biden de una reducción del 50%.

Sin embargo, para algunos grupos defensores del medio ambiente, la IRA no va lo suficientemente lejos, especialmente porque incluye varias disposiciones que aumentan la producción de combustibles fósiles. La agrupación Alianza por la Justicia Climática incluso se ha opuesto a la IRA argumentando que, en este momento, sus daños superan los beneficios.

Y si bien la IRA es una legislación histórica que indica a otros países que Estados Unidos está al frente combatiendo el cambio climático, el país todavía debe recorrer mucho camino en lo que respecta a ponerse al día y alcanzar los avances en materia climática de otros países.

Incluso con la Ley para la Reducción de la Inflación, las inversiones verdes de Estados Unidos desde 2020 están rezagadas comparados con Francia, Italia y Corea del Sur, si se tienen en cuenta las emisiones históricas en base a datos del Observatorio de la Recuperación Global, de la Universidad de Oxford.

Entretanto, en comparación con sus vecinos del sur, Estados Unidos solo está comenzando a legislar sobre el cambio climático. En los últimos años, México, Guatemala, Honduras, Colombia, Perú, Brasil, Argentina, Chile y Paraguay han promulgado leyes climáticas que establecen medidas para promover economías más sostenibles y reducir las emisiones.

Además, gran parte de la región ya está desempeñando un papel de liderazgo mundial en la generación de energías renovables. En un acto reciente organizado por la iniciativa Duke’s Energy Iniciative, y el instituto Nicholas Institute for Environmental Policy Solutions y financiado por el Departamento de Estado de Estados Unidos, Christine Folch, profesora adjunta de Antropología Cultural de la Universidad de Duke, declaró: “En Estados Unidos obtenemos alrededor del 20% de la electricidad que consumimos a través de recursos energéticos renovables. Obtenemos casi dos tercios de la electricidad que consumimos mediante la quema de combustibles fósiles. Solo hay una región en el mundo en la que no es así, y es en América Latina”.

Y añadió: “Lo que esto significa es que mientras estamos pensando en un mundo que supere los combustibles fósiles, mientras pensamos en la política y la economía que surgen de una transición de depender principalmente de los combustibles fósiles a pasar a los recursos de energías renovables, la región del mundo que nos puede mostrar cómo se vería eso es América Latina”.

 ¿Cuál es el punto de vista de Atlas?

Como una empresa verdaderamente comprometida con la creación de un futuro más limpio y sostenible, Atlas apoya la acción del gobierno estadounidense para promover la inversión en energías renovables y dar pasos imprescindibles con el fin de abordar la urgente crisis del cambio climático.

Que la ley esté a la altura de su promesa histórica dependerá ahora de que estas subvenciones e inversiones masivas puedan implementarse rápidamente y dentro de sus posibilidades. Empresas del sector privado como Atlas, con experiencia en el despliegue de infraestructuras de energías renovables en toda América, desempeñarán un papel importante en la puesta en marcha de la visión de la IRA.

Aunque el mundo todavía tiene un largo camino por recorrer para alcanzar los objetivos establecidos en el Acuerdo de París, la acción audaz de la IRA es un importante punto de inflexión, y esperamos ver más gobiernos de todo el mundo tomar medidas positivas que sean beneficiosas para el clima y para el futuro.

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La naturaleza de las energías renovables exige un enfoque diversificado entre la producción de energía, el almacenamiento y el consumo. Sin embargo, los grandes consumidores de energía buscan una solución unificada.

El enfoque de Atlas en los acuerdos de compra de energía (PPA) a la medida, es guiado entendiendo que los esfuerzos de energía renovable son más exitosos cuando incorporan una variedad de recursos y métodos de almacenamiento y distribución.

En un sistema que no es de “talla única”, dar el paso hacia un suministro de energía que sea renovable, limpio y ecológico puede presentar un desafío para las corporaciones que cada vez se plantean ir más allá del 100% de energías renovables para obtener energía verde las 24/7.

En este campo en constante evolución, es importante que los grandes compradores de energía trabajen con proveedores que asuman las evaluaciones y análisis de riesgos necesarios y que busquen posicionarse a la vanguardia de los desarrollos tecnológicos. Al final, el objetivo es construir una relación colaborativa a largo plazo que mantenga a los clientes actualizados con las opciones de energía renovable.

Renato Valdivia, director Comercial de Atlas, nos explica estos puntos y otros más en nuestra entrevista:

P: ¿Cómo se presenta el problema de la intermitencia en sus conversaciones con los clientes potenciales?

R: Hemos notado que la principal preocupación de los clientes potenciales con grandes necesidades de energía renovable constante y que buscan implementar la energía solar y eólica dentro de su PPA general, es poder encontrar una solución única que resuelva todas sus necesidades de electricidad.

Por la propia naturaleza del funcionamiento de las energías renovables, hay días en que el sol no brilla o el viento no sopla, existe una necesidad inherente de gestionar estos riesgos. Sin embargo, es importante recordar que los mercados de energía tienen dos niveles: el nivel físico de producción de energía, que es donde experimentamos el problema de la intermitencia, y luego está el nivel financiero. Cuando hablamos del nivel financiero, nos referimos a los instrumentos financieros que se usan para los PPA.

Los instrumentos financieros contribuyen en gran medida a mitigar los riesgos de intermitencia, y en un PPA siempre se definirá cómo se gestionan los riesgos de acuerdo con las obligaciones de entrega. Los proveedores de energía renovable como Atlas están evolucionando para abordar el problema de la intermitencia mediante la transición hacia un enfoque que les permita ofrecer a los clientes una combinación de activos energéticos personalizados que se adapten para satisfacer las necesidades energéticas específicas.

Un ejemplo es el reciente PPA que Atlas estableció con Enel, que aprovecha la energía eólica de tres ubicaciones diferentes en Chile para garantizar una producción constante de energía. Los PPA de tipo portafolio también pueden incluir una combinación de diferentes fuentes de energía, así como el almacenamiento en baterías. Este es cada vez más el modelo con el que se rige Atlas.

P: ¿Cómo estructuran exactamente ese tipo de portafolio?

R: Para poder hacerlo, se necesitan capacidades analíticas y herramientas de gestión de riesgos sólidas. Si bien todo puede parecer bueno según lo proyectado, hay que pasar al análisis de riesgos para tener en cuenta la variabilidad natural de nuestro negocio. Esta variabilidad puede ser en forma de patrones de viento o cambios en los precios de la red eléctrica. La demanda del cliente o las condiciones de la red también pueden cambiar. Todas estas cosas deben ser modeladas para obtener una buena evaluación de la capacidad de suministro de tus activos y cómo, siendo un proveedor de energía, administrarás la exposición al riesgo para que puedas proporcionar a los clientes lo que buscan a un nivel de riesgo razonable para ti, como generador, y a un precio razonable para ellos.

Esencialmente, se vuelve crítico evolucionar tu sofisticación comercial y de riesgo como empresa. En este sentido, Atlas opera desde un orden de magnitud más complejo, donde queremos integrar el concepto de gestión de riesgos e intermitencia dentro de una comprensión más flexible y diversificada de cómo realmente lograr los objetivos de energía limpia.

P: Hablando de objetivos energéticos, muchas empresas confían en los certificados de atributos energéticos como los I-REC como una formade certificar la electricidad renovable. ¿Sigue siendo una opción válida?

R: Sigue siendo una opción válida, pero en la última década, hemos visto que las empresas, especialmente en el espacio tecnológico, van un paso más allá. Por ejemplo, Google, Microsoft y, más recientemente, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos se han unido a una iniciativa que promete no solo energías 100% renovables, sino también energía limpia las 24 horas del día, los 7 días de la semana.

Es importante tener en cuenta la diferencia, porque un objetivo de energía 100% renovable podría llevarlo a adquirir un PPA que solo incluya energía solar, por ejemplo, porque esa puede ser la opción más económica, pero si su objetivo es alcanzar el 100% de energía limpia, entonces eso le da el incentivo para adquirir un PPA que incluya energía eólica, o PPAs que estén respaldados por almacenamiento en baterías y otras tecnologías que le permitan recibir energía limpia incluso en las horas o días en que los recursos renovables son más escasos.

P: El almacenamiento con baterías a menudo se considera una forma obvia de abordar los problemas de intermitencia. ¿Está la tecnología actual al nivel que permite que las baterías funcionen como una opción de almacenamiento viable?

R: Las baterías han experimentado una increíble serie de mejoras tecnológicas y reducción de costos en los últimos cinco años. ¿Está la tecnología totalmente desarrollada?, todavía está en proceso, pero ya está disponible, y a medida que fluyan más inversiones en este ámbito, empezaremos a ver una innovación y una reducción de costos aún mayores.

Un beneficio adicional de las baterías es que sirven para estabilizar la red. A veces hay una gran afluencia de energía solar y eólica en los mercados eléctricos, dado que se trata de tecnologías variables, y tener una cierta cantidad de baterías o capacidad de almacenamiento en la red ayuda a reducir la volatilidad, lo que en última instancia agrega valor.

Sin embargo, es importante enfatizar que las baterías no son una solución integral. Si el objetivo es alcanzar el 100% de energías renovables o el 100% de electricidad limpia, debemos ver el papel que desempeñan las baterías como un complemento.

Los patrones estacionales requieren soluciones innovadoras y el camino hacia el 100% de energías renovables y limpias consiste fundamentalmente en encontrar formas de aprovechar y distribuir la energía a través de los métodos más ecológicos y económicos. Esto descarta intrínsecamente una solución de un solo enfoque.

Al final, nunca se tratará solo de energía solar o solo eólica. Por supuesto, la parte emocionante es que estamos en el proceso de descubrimiento. Constantemente surgen nuevas químicas y tecnologías, pero la conclusión es que no es suficiente solo con energía solar, eólica y baterías: tiene que haber algo más. Por lo tanto, mientras seguimos desplegando y haciendo esfuerzos para invertir más en energía solar, eólica y baterías, también necesitamos seguir financiando a las empresas emergentes que pueden ofrecer las soluciones que nos llevarán hasta el final y no solo hasta el 80% o el 90% del camino.

P: Es precisamente la búsqueda de nuevas soluciones lo que lleva a Atlas hacia nuevas asociaciones y colaboraciones, como su asociación más reciente con Hitachi ABB Power Grids. ¿Podría compartir algunos insights sobre lo que ha aprendido al trabajar junto a ABB?

R: ABB ha sido un gran socio al ayudar a Atlas a poner en marcha nuestro conocimiento sobre soluciones de baterías que complementan nuestros PPA. Hemos aprendido mucho sobre la gama de tecnologías que están disponibles.

Desde afuera, es fácil agrupar la idea del almacenamiento en baterías como un solo concepto. Pero existe una variedad de tecnologías, y es importante distinguir cuáles son las más adecuadas para diferentes aplicaciones. Para esto, los clientes deben tener una comprensión detallada de su caso de negocio.

Por ejemplo, es posible que desee que su PPA cambie la energía de las horas solares a las horas pico y hay ciertas baterías diseñadas para hacerlo. También existe la opción de elegir entre baterías solares de corriente alterna (CA) o corriente continua (CC), las cuales tienen una variedad de implicaciones en términos de costo, pero también en la flexibilidad que tiene para operar en la red.

Con tantas opciones disponibles y más en camino, definitivamente es un campo complejo pero muy interesante y dinámico. Creo que lo más relevante de todo esto es la necesidad de trabajar con compañías expertas que estén preparadas para aprovechar todas estas tecnologías y proporcionar a los clientes una gama de soluciones para operar en el mercado energético.

P: Con su estrategia actual, ¿se garantiza que Atlas cumplirá con todos y cada uno de los requisitos de los grandes clientes de energía?

R: Me encantaría poder decir que sí, pero la realidad es más compleja. No siempre va a haber un solo generador que pueda resolver todas las necesidades de un cliente si esas necesidades son muy complicadas. Estoy pensando en usuarios de energía con perfiles de carga inusuales, por ejemplo, aunque estos son muy raros. Pero, yo diría que, en la mayoría de los casos, podemos diseñar soluciones que resuelvan una buena parte de las necesidades de electricidad y los objetivos de sostenibilidad de cualquier cliente.

Si eres un cliente con un gran perfil de carga, mi consejo sería comparar precios. Necesita ver lo que la gama de proveedores potenciales puede ofrecerle. Siempre lo motivaría  a que hable con Atlas. Creo que hemos demostrado por nuestra trayectoria en soluciones innovadoras en diferentes mercados y los premios que hemos recibido, que no tenemos miedo de pensar fuera de la caja. Nuestros clientes provienen de una amplia gama de industrias, con necesidades de electricidad muy diferentes, desde grandes empresas de servicios públicos hasta el sector químico, empresas mineras y proveedores de servicios de TI. Estamos listos para dar la milla extra y tratar de ofrecer a nuestros clientes las soluciones que están buscando.

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Whenever money is involved—especially with contracts—things can get complex. Then add volatile conditions, such as the recent pandemic, war, the climate crisis, and inflation, and things get even more complicated. These conditions have serious side effects, one of them being currency volatility. According to a 2021 article by DailyFX, currency volatility is “characterized by frequent and rapid changes to exchange rates in the forex market.” Basically, it means that currency value is unpredictable and virtually impossible to control. 

Electricity prices can fluctuate as well. This compounded unpredictability is often the motivator for companies and owners of renewable energy projects to secure a power purchase agreement or PPA. Yet, there are signs that the current market volatility may impact these agreements over the long term. For example, a recent Pexapark report highlighted in Reuters states that the recent energy price volatility will have a lasting impact on the clean energy PPA market, which includes fewer long-term contracts. 

But despite the recent volatility, PPAs can still provide a source of stability. According to an article by Martijn Duvoort of DNV, “PPAs have been a valuable tool in financing the energy transition to date, particularly in the USA, Latin America, and recently, the Nordic countries. With governments in many regions looking to phase out subsidies and feed-in tariffs, new renewable energy projects will be far more exposed to the fluctuations of the open markets. PPAs help to mitigate against the risks associated with such fluctuations, and will become an even more important tool for encouraging investment in new projects.”

So, where do we go from here? Let’s start at the beginning.

Power Purchase Agreements: The Basics

A PPA is a contract between a consumer and an energy-generating unit or portfolio thereof. There are two major categories of PPAs: physical delivery PPAs and virtual PPAs (sometimes called financial PPAs). The usual contract duration is between 10 and 20 years. The PPA negotiation is complex; it requires legal and occasionally technical advisors, and the typical time it takes to negotiate is 3‒9 months.

Given that power networks link generation units with demand, a PPA is not limited to on-site generation assets; most of the time, power generation is located offsite, sometimes not even within the same region. The PPA process can begin with a brand-new energy project that is ready to be built (including the location, size, and connection to the grid that is already agreed upon) or an existing project that has available generation capacity not committed in prior PPAs. For corporate PPAs, companies like Atlas Renewable Energy can help, especially as the need for international expertise grows.

Key PPA Benefits

As a mechanism enabling positive change, the PPA, at its core, aims to provide price certainty on electric power—fixing competitive energy costs for the client and providing cash flow stability to the generation asset, which is central to securing financing—which is why guarantees are so crucial in these agreements. However, PPAs can also be used to further a corporation’s sustainability goals, committing to buy only renewable energy from renewable energy projects that will be purpose-built and operated (a concept called “additionality”). As a result, companies can reduce their carbon footprint and partner with renewable generation companies with strong and recognized environmental, social, and governance credentials, thereby benefiting the environment, communities, and other stakeholders related to the renewable energy project. 

Further, to help offset the ongoing changes, currency volatility, and price fluctuations mentioned earlier, a PPA has the ability to hedge against future price increases by allowing business owners to lock in a fixed price-per-unit of electricity over the duration of the contract.

Simplifying the PPA Process

Once a company decides it is ready to engage in a PPA, the following steps can help make the process smoother:

  • Begin sooner rather than later. Even with existing volatile prices, PPAs can take several months to negotiate. And typically, the project that will commit to delivering the energy is going to be purpose-built, which can add another 1–2 years until completion. Therefore, it is better to begin now, in case even more changes arise that will affect the overall pricing.
  • Conduct research on the existing market in Latin America, state policies for PPAs in the United States, and available providers (specifically on their reputation and track record—get references!).
  • Hire an experienced advisor with an established track record to guide the process as well as qualified legal counsel and technical and financial consultants for the negotiation phase.
  • Be prepared to ask critical questions about the PPA related to pricing, indexation, buyer and seller guarantees, duration, start date, commercial operation date, and risks.
  • Involve the stakeholders who will be a part of, or potentially affected by, the PPA. 
  • Obtain approval, as needed, from senior management, a parliament or legislative body, a regulatory body, or another host government entity.
  • Once approved and signed, continue to monitor the market as it evolves, as well as the asset’s value. Specifically, it is essential to create a strategy for this process, as well as perform a mark-to-market valuation as prices evolve.

PPA Risks

With any contract, there is a certain amount of risk. Even with PPAs, which have been around since the 1980s, there are risks that engaging parties need to plan for and be aware of. Noah Lerner of the Clean Energy Finance Forum discusses some of those risks as well as basis, shape, and operational risks in his 2020 article, “Navigating Risk: A Corporate PPA Guide.”

An additional, sizable risk for structuring PPAs is the actual currency on the contract is built. An article by Greentech Media states that there are several currency risks that those engaging in a PPA need to be aware of, including local currency devaluation, availability of financing, and convertibility (i.e., converting from the local currency to U.S. dollars or another strong currency).     

Converting to a currency that reflects the company’s cash flow is one way to help mitigate these risks. One example of using more competitive, international dollar-denominated financing was Atlas Renewable Energy’s recent 15-year PPA with Dow for Jacaranda, with its multimegawatt solar project in Brazil with a client that exports its production and thus receives dollar-denominated cash flows. The contract was secured with U.S. dollar financing (67 million dollars, to be exact). As a result, the project can meet its goals of achieving round-the-clock clean energy (thanks to an additional commercial feature allowing the customer to receive electric power 24 hours a day) for its business operations, as well as benefiting from greater price certainty.  

During Volatile Times, PPAs Must Evolve    

Volatility exists in the world now more than ever, and it can have long-ranging effects. Electricity prices seem to change on a daily basis. And for regions like Latin America, fluctuating currency value is making it challenging to fund renewable energy projects at the contractual level. Right now, it can feel like risks abound. But even in highly uncertain times, there are solutions.  

What’s essential is that PPAs provide value. These agreements are at the forefront of getting renewable energy deployed worldwide. However, to do so, they must be structured in the right way so that all parties gain the price certainty and best financial outcome they need over the long term.   

But, like anything, PPAs must evolve—as conditions and currencies change, technologies emerge, and new purchasing or contracting options arise. As the renewable energy industry continues to grow, its related pricing can vary, becoming more complex. As a result, PPAs must strategically adapt to these ever-changing conditions to not only continue serving business owners and investors but help the world transition to a clean-energy (and financially feasible) future.

In partnership with Castleberry Media, we are committed to taking care of our planet, therefore, this content is responsible with the environment.

Em todo o mundo, a pressão para avançar em direção a um futuro limpo e livre de carbono está mais forte do que nunca. Hoje, “tornar-se verde” é mais que apenas uma ideia grandiosa — está se tornando a própria base de quantas empresas fazem negócios.

Segundo um artigo de 2022 na CNBC, gigantes corporativos como Microsoft, Intuit e Apple são exemplos daqueles que lideram o compromisso com práticas de negócios ambientalmente sustentáveis. E esses tipos de ações estão sendo adotadas não apenas por grandes corporações, mas também por pequenas empresas.

Os consumidores também estão cada vez mais atentos às suas compras, buscando produtos ou serviços que estejam mais alinhados com sua postura ambiental. No entanto, com embalagens inteligentes e linguagem destinadas a atrair um público ambientalmente consciente, muitas empresas podem enganar os consumidores – seja intencionalmente ou não — fazendo-os pensar que são mais sustentáveis do que realmente são. Digite greenwashing.

Greenwashing: usando um conceito limpo para cobrir um segredo não tão limpo

As palavras importam — especialmente quando essas palavras transmitem uma certa mensagem sobre o que uma empresa representa ou como ela opera. O uso de palavras como “verde”, “eco”, “sustentável”, “natural” ou “consciente” é desenfreado, mas para algumas empresas, não é justificado, e é conhecido como greenwashing.

Especificamente, greenwashing é enganar potenciais consumidores fazendo-os pensar que os produtos ou serviços de uma empresa são ecologicamente corretos, mas sem nenhuma prova real que comprove essas alegações. Greenwashing também pode consistir em inflar a verdade de uma forma que destaque um aspecto ambientalmente amigável de um negócio para encobrir outro aspecto menos ecológico; por exemplo, uma empresa petrolífera que instala painéis solares em seus postos de gasolina[AS2]  gasolina[AS2], mas depois continua a lucrar muito com os combustíveis fósseis.

Aumentando as apostas

Embora o greenwashing esteja em ascensão, as consequências de se engajar nele também estão. Uma pesquisa recente compartilha vários exemplos de casos de litígio relacionados ao greenwashing — bem como os seguintes conselhos específicos:

Felizmente, o greenwashing pode ser evitado. De acordo com a earth.org, existem várias maneiras de se manter do lado certo da promoção de um negócio ecologicamente correto, e isso começa com honestidade. Um passo fundamental é evitar uma linguagem vaga que não pode ser comprovada. Outro é ser transparente sobre áreas do negócio que são sustentáveis e outras que não são. Ou apresentar dados reais para medir a pegada de carbono da empresa e tomar medidas reais para fazer mudanças positivas e, em seguida, compartilhar essas informações publicamente.   

Eversheds Sutherland afirma: “Uma das lições a serem tiradas dos registros recentes é que as empresas devem evitar declarações amplas e abrangentes sobre seus esforços de sustentabilidade e devem evitar propagandas focadas apenas no produto ou serviço final que fornecem. Como todas as alegações de deturpação, a verdade é a melhor defesa. Se uma empresa puder apoiar declarações concretas com esforços concretos de sustentabilidade e dados firmes, melhor será a capacidade de neutralizar e defender as alegações de greenwashing que agora estão inundando o cenário de litígios dos EUA”.

Dizer a verdade é ainda mais encorajado pelo fato de que os consumidores estão se tornando mais conscientes do greenwashing. A informação está em toda parte, e é mais fácil do que nunca confirmar se uma empresa é verdadeiramente ambientalmente sustentável ou não. Além disso, o escândalo causado pelo greenwashing pode deixar uma marca permanente na reputação de uma empresa e, em última análise, em seus resultados.

Passando do greenwashing para um padrão de excelência

Tornar-se um negócio sustentável pode começar pequeno. Um artigo da Inc. fornece algumas dicas úteis para iniciar esse processo, desde a substituição de lâmpadas tradicionais e a eliminação de garrafas plásticas no escritório, até o envolvimento somente com fornecedores verdes confiáveis. A American Express oferece mais insights, como a realização de uma auditoria ambiental, redirecionar ou redesenhar produtos e recompensar o comportamento ambientalmente consciente.

Mas para realmente chegar ao próximo nível de se tornar um negócio sustentável e verde, é necessário que ocorram mudanças de próximo nível. Isso requer um esforço conjunto dos principais líderes de uma empresa e permeia toda a organização, com o objetivo final de gerar mudanças sustentáveis em escala e ter um impacto real sobre os funcionários, os consumidores e o meio ambiente.

Criando uma cultura verde

O primeiro passo para criar um negócio verdadeiramente verde é criar uma cultura verde. Para isso, os líderes devem determinar o que significa ser um negócio ambientalmente consciente, e como isso afeta funcionários, clientes e o planeta como um todo. Essa etapa pode envolver a criação de uma declaração de missão que seja comunicada e mantida de forma significativa para todos os funcionários; uma declaração que inspira e se alinha com os valores fundamentais da empresa. Essencialmente, ela fornece uma base sólida sobre a qual o restante da empresa possa operar a partir de agora.

A chave para esse esforço é engajar o maior ativo da empresa — seus funcionários — e incentivar seu papel na sustentação da nova cultura. Cada vez mais candidatos a emprego estão procurando trabalhar para empresas verdes, por isso, a adoção de uma cultura verde pode não apenas motivar os funcionários existentes, mas também novas contratações.

Dando uma boa olhada no negócio

Uma vez que uma empresa saiba o que está buscando, os líderes podem começar a se aprofundar na avaliação de tudo, desde como a empresa funciona diariamente até a sustentabilidade de seus produtos ou serviços (e especificamente, sua cadeia de suprimentos). Esta etapa será a mais demorada, pois requer aprofundar nos detalhes e examinar todos os procedimentos, políticas, fornecedores e assim por diante. O tamanho da empresa determinará por onde começar, com empresas menores provavelmente começando com “ganhos” fáceis e empresas maiores começando com o panorama geral, como avaliar a quantidade de energia consumida em toda a empresa. Durante esse processo, algumas questões importantes a serem consideradas incluem:

·         Quão eficiente é o edifício (ou edifícios) em que a empresa reside, e pode ser feita melhorias (como a adição de painéis solares)?

·         Toda a cadeia de suprimentos é construída/focada em sustentabilidade? Onde existem lacunas ou ineficiências?

·         Como os materiais do fornecedor são produzidos? Eles estão em conformidade com as normas ambientais?

·         Como os produtos são fabricados e embalados (utilizando materiais recicláveis ou ecologicamente correto em instalações de baixo carbono) ou serviços prestados (via excesso de viagens ou número de veículos na estrada)?

Buscando ajuda

A boa notícia é que uma empresa não precisa assumir esse esforço aparentemente monumental sozinha. Não só há uma ampla orientação disponível, mas há especialistas na área que podem ajudar. O green Business Bureau pode fornecer um bom ponto de partida.  Ou, uma empresa como a Atlas Renewable Energy pode ajudar grandes consumidores de energia limpa a mudar para fontes de energia mais baratas. Focada em operar com os mais altos padrões e aderir às suas próprias metas de desenvolvimento sustentável, a Atlas tem o profundo conhecimento e experiência da vida real para desenvolver contratos personalizados de compra de energia que capacitem os consumidores atingir suas metas de energia limpa. 

Ou se o orçamento for uma preocupação, uma empresa pode desenvolver a missão por conta própria e, em seguida, trabalhar com consultores em atividades específicas, como coletar dados sobre aspectos-chave do negócio que podem ser mais sustentáveis. Além disso, empresas menores podem buscar contratos de compra de energia aplicáveis ou certificados de energia renovável para ajudar a financiar seus esforços.

Incentivando mudanças contínuas e sustentáveis

Na corrida atual para um futuro livre de carbono, boas intenções não são mais suficientes. As palavras devem ser usadas cuidadosamente para dizer a verdade sobre o que é uma empresa, quem ela serve e como ela opera — e, em última instância, qual é o seu impacto ambiental. E esse processo começa com uma análise mais profunda sobre como uma empresa pode fazer melhor, de cima para baixo, em todos os níveis.

Um artigo na Forbes afirma: “Ao investir em boas pessoas, manter-se responsável e se comprometer com uma missão de sustentabilidade por dentro e por fora, as empresas em 2021 podem impulsionar o mundo em direção a um futuro melhor, ao mesmo tempo em que fortalecem suas próprias posições como líderes de mercado nessa barganha”.

Em parceria com a Castleberry Media, estamos comprometidos em cuidar do nosso planeta, portanto, esse conteúdo é responsável pelo meio ambiente.

Muchas empresas que buscan la transición a la energía renovable para ayudar a reducir su huella de carbono y cumplir los objetivos de sostenibilidad, se enfrentan por primera vez a las complejidades de los contratos de compra de energía renovable (PPA). Aunque cada proyecto y cliente son diferentes, hay temas comunes que afectan  la forma de desarrollar y ejecutar un acuerdo. En este artículo, explicamos lo qué hay que tener en cuenta.

Conozca a su contraparte

A medida que las empresas de todo el mundo se fijan objetivos de reducción de emisiones y neutralidad de carbono, los PPA bilaterales con un productor de energía renovable permiten alcanzar estos objetivos de forma transparente y trazable. Encontrar el socio adecuado para desarrollar una solución ágil, de bajo costo y sin preocupaciones, puede dar a su empresa una ventaja competitiva, permitiéndole demostrar verdaderas credenciales ecológicas, a la vez que gestiona los costos y gana  seguridad energética. 

Pero no todas las energías renovables son iguales. Dado que tanto los consumidores como los accionistas se fijan ahora en las credenciales ecológicas de las empresas, vale la pena investigar las afirmaciones que podrá hacer, ya sea demostrando que su fuente de energía renovable ha desplazado a una fuente tradicional, o probando que su energía procede de un productor con una sólida relación con la comunidad y una estrategia de programa social o que su fuente de generación está certificada como ecológica desde su origen.

Es importante tener en cuenta el tipo de asociación que busca. Un PPA es un compromiso de varios años, y no todos los promotores están comprometidos a largo plazo. Para muchas empresas, establecer una relación a largo plazo con su proveedor de energía forma parte de su estrategia más amplia. En el mercado de los PPA, existen dos grandes tipos de promotores: los que son titulares del activo a largo plazo y los que lo venden una vez que alcanza la explotación comercial. Identificar los objetivos del promotor desde el principio es esencial para lograr una alianza a largo plazo.

Otro factor a tener en cuenta es el desempeño del promotor en su mercado. El panorama normativo, inversor e institucional del sector energético varía enormemente de un país a otro. Por lo tanto, es una buena idea encontrar un socio con experiencia comprobada en la estructuración de un PPA corporativo dentro de su jurisdicción, para asegurarse de que pueda cumplir con los compromisos a futuro..

Agrupado o desagrupado

Este año, los precios de la electricidad han alcanzado máximos históricos en muchos países, lo que hace que los PPA (que proporcionan seguridad a largo plazo en sus costos de electricidad) sean una opción aún más atractiva. Si bien, ahora es un momento clave para pensar en cómo un PPA puede protegerlo contra la incertidumbre de los precios energéticos, contar con acuerdos de suministro y precios a largo plazo con los proveedores, es importante tener en cuenta otros beneficios que los PPA pueden aportar.

Los PPA pueden celebrarse sólo por la energía, sólo por los atributos verdes de la energía (que suelen estar representados por instrumentos como los certificados de energía renovable (REC)) o por ambos, en un paquete. La compra de sólo la electricidad proporcionará una cobertura a medio y largo plazo contra la volatilidad de los precios de la electricidad, mientras que un PPA combinado ofrecerá las ventajas adicionales de poder reclamar los beneficios medioambientales de la producción de energía renovable para reducir las emisiones del alcance 2 de la electricidad comprada.  

Vigilar los riesgos económicos:

Para los tesoreros de las empresas, en particular los que manejan las finanzas de las compañías multinacionales, la puesta en marcha de estrategias eficaces de gestión de riesgos para mitigar el impacto de las exposiciones a las divisas es un enfoque perenne. A medida que la inflación sube, los analistas prevén una mayor volatilidad de divisas. Para los grandes consumidores de energía, para los que los costos de electricidad pueden suponer su mayor salida de efectivo, reducir el riesgo de divisas de las compras de energía puede proporcionar una mayor seguridad y protección.

Una forma de conseguirlo es a través de un PPA denominado en una moneda fuerte. Aunque forman parte de una tendencia relativamente incipiente, sobre todo en los mercados emergentes, no están disponibles en todas partes; sin embargo, en Atlas tenemos la capacidad y la experiencia necesarias para estructurar los PPA de energías renovables de forma creativa y optimizada.

Un ejemplo, es el PPA entre Atlas Renewable Energy y la empresa minera global Anglo American. Finalizado en marzo de 2020, es el mayor contrato de compraventa de energía solar de Brasil, con un valor de $183 millones de dólares. El acuerdo, denominado en dólares estadounidenses, permite el suministro de alrededor de 9TWh durante los 15 años de vida del contrato desde la planta Lar do Sol – Casablanca I PV, situada en el estado de Minas Gerais. 

Proyecte su perfil de demanda de electricidad a futuro:

Estamos en medio de una transición energética que sigue evolucionando. Según el informe Global Energy Perspective 2022 de McKinsey, se prevé que el consumo de energía se triplique de aquí a 2050 en medio de una mayor electrificación, mientras que, a nivel corporativo, un informe reciente de KPMG ha revelado que dos tercios de las organizaciones mundiales han acelerado su estrategia de transformación digital, poniendo en línea servicios TIC que consumen mucha energía, desde las redes hasta los servidores, el almacenamiento y las aplicaciones.

En consecuencia, dependiendo del punto en el que se encuentre en su viaje de digitalización, vale la pena hacer un balance de sus propios perfiles de demanda de electricidad y de cómo podrían cambiar a lo largo del plazo de un contrato PPA. Y no sólo hay que tener en cuenta el consumo de energía, hay que trazar el perfil de carga global, incluida la forma y  distribución horaria, es crucial para obtener el PPA más adecuado para su empresa.  

No lo haga solo:

Establecer un PPA puede ser complejo y llevar mucho tiempo, e implica muchas funciones diferentes, desde la dirección de la empresa hasta las operaciones, las finanzas, las compras e incluso el marketing. Es importante identificar los principales riesgos que se quieren gestionar y los beneficios que se quieren obtener. 

Atlas Renewable Energy ha desarrollado modelos innovadores que facilitan la participación de las empresas en los PPA, pero queremos que nuestros compradores corporativos de energía tomen decisiones informadas. Por eso, le aconsejamos que asigne tiempo y recursos, o que designe  asesores externos, para asegurarse de que su estrategia de adquisición de energía renovable sea un éxito. 

Nuestro equipo tiene casi dos décadas de experiencia en la estructuración de PPAs corporativos, desde el concepto hasta la operación. No importa el sector, podemos estructurar una solución que se adapte a las necesidades específicas de cada empresa. 

En alianza con Castleberry Media, nos comprometemos a cuidar nuestro planeta, por eso, este contenido es responsable con el medio ambiente.